Localizar especias para complacer todos los gustos
Vivimos en un mundo globalizado que cada día se hace más y más pequeño. Tan pequeño, que podemos encontrar productos por internet que jamás hubiéramos imaginado de los lugares más remotos del planeta y recibirlos en nuestras casas sin necesidad de movernos.
La globalización nos ha permitido tener acceso a prácticamente todo; podemos comunicarnos en segundos con personas al otro lado del mundo desde nuestros teléfonos móviles por medio de Skype o FaceTime.
Sin embargo, incluso con todos estos avances tecnológicos, no deja de sorprenderme, que en un mundo tan globalizado, haya que modificar los productos y los servicios para satisfacer diversos mercados. Después de todo, son precisamente las diferencias las que traen sabor a nuestras vidas. Y hablando de sabor, durante mi último viaje a Europa me topé con una tienda, perdida entre las angostas callejuelas de Nisa, Francia llamada “Epices-Sels Poivres du monde entier” (Especias- Sales y pimientas del mundo entero). ¡Para mí, cocinera empedernida, fue como encontrar un pedazo de cielo en la Tierra!
Tal y como lo indicaba su nombre (¡y no exageraban!) sus entrañas guardaban celosamente diversas clases de sales, pimientas y especias de distintos lugares del mundo. Pasé más de una hora tratando de decidir qué llevarme de aquel pintoresco y singular lugar. Hasta el chef más exigente se hubiera maravillado con la variedad: sales noruegas, especias mexicanas, tantas que necesitaría varias páginas para enumerar todo su inventario.
Las fotos que aquí comparto son una prueba de que incluso los alimentos se pueden localizar a un país o globalizar para el disfrute de todos. Personalmente, vivo los efectos de la globalización a diario y hago mi mejor intento por localizar mi vida. Provengo de una familia de 5 hermanos dispersos por varios países: Canadá, México, España, Argentina, Venezuela y los Estados Unidos. A pesar de que el español es nuestra lengua materna, nuestro vocabulario se ha empapado tanto de los vocablos de los lugares donde vivimos que a menudo nos encontramos buscando palabras comunes para denominar lo mismo e, intentamos viajar cada vez que se puede para reconectarnos. Así pues: localizamos nuestro vocabulario, nuestra cultura, nuestras experiencias y nuestra dirección física.
¿Qué experiencias ha tenido usted en el ámbito personal o laboral con la localización o la globalización? ¡Nos encantaría escuchar su opinión!